ALARCOS: OPPIDUM IBÉRICO, CIUDAD MEDIEVAL Y CAMPO DE BATALLA
Situado en la margen izquierda del río Guadiana y a escasos kilómetros de Ciudad Real, el cerro de Alarcos constituye en la actualidad uno de los conjuntos arqueológicos más espectaculares de la región, no solo por su extensión -22 ha de espacio intramuros- sino también por la importancia de sus restos ibéricos y medievales.
Alarcos fue ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno, y conoció dos etapas esplendorosas: una durante la época ibérica y otra en la Edad Media.
Las excavaciones arqueológicas que se han llevado ha cabo desde 1984 han sacado a la luz parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo y gran parte de la muralla medieval, donde se halló una fosa común con restos de la batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos.
CIUDAD IBÉRICA
A finales del s. VI a.C. la cultura ibérica oretana está plenamente consolidada en Alarcos convirtiéndose en un oppidum de gran importancia. Se ha generalizado el uso de la cerámica a torno y de la metalurgia del hierro y la población va en aumento, de manera que espacios antes destinados a necrópolis, son colonizados por las viviendas, como ocurre en el llamado “barrio ibérico”.
EL POBLADO
La ciudad ibérica se extiende por todo el cerro de Alarcos, pero es en el barrio ibérico donde las excavaciones han puesto al descubierto el entramado urbano. Las casas se organizan en torno a varias calles, pavimentadas con lajas de caliza. Con una, dos o tres habitaciones, levantadas con zócalos de piedra, alzado de adobe y techumbre formada por ramas y tierra.
ÁREA DEL SANTUARIO
Al oeste, se aprecian una serie de estructuras monumentales, asociadas a materiales arqueológicos relacionados con un espacio sagrado utilizado desde el s. VII-VIa.C. hasta el s. I d.C. Los materiales arqueológicos asociados a estas estructuras son de gran riqueza. Entre ellos destacan exvotos de bronce, cerámicas de importación griega y una gran variedad de objetos interpretados como ofrendas.
NECRÓPOLIS
En el lado sur se localiza la necrópolis principal, de donde proceden las esculturas zoomorfas, que corresponden al momento de máximo esplendor.
CIUDAD MEDIEVAL
Proyectada de nueva planta, con 22 hectáreas de extensión, rodeada por una muralla de 3 metros de espesor asentada sobre un zócalo de mampostería. Las esquinas se reforzaron con sillares, que tras el abandono de Alarcos sirvieron para construir la ermita y algunos de los edificios públicos más antiguos de Ciudad Real. En el momento de la batalla de Alarcos la ciudad se encontraba en proceso de construcción.
BATALLA DE ALARCOS
Alarcos, 19 de Julio de 1195
Enfrentó a cristianos y almohades en la llanura existente entre Alarcos y Poblete.
Tras el asalto a la villa y la victoria almohade, las fosas de cimentación de la muralla, aún abiertas, sirvieron para arrojar los despojos del enfrentamiento: los cuerpos de los defensores, caballerías del ejército vencedor, así como materiales de desecho del campamento almohade y armas y pertrechos propios de un ejército de la época.
Los trabajos arqueológicos realizados hasta la fecha han permitido recuperar una parte importante de estos objetos, que constituyen un conjunto único en Europa.
“Los árabes se despliegan para perdición del pueblo cristiano. Una innumerable multitud de flechas sacadas de los carcajes de los arcos, vuela por los aires y enviadas hacia lo incierto con golpe certero hieren a los cristianos”.
Crónica Latina de los Reyes de Castilla
EL CASTILLO
En el punto más alto se sitúa el castillo, construido sobre una plataforma artificial. De planta rectangular, con nueve torres, siete cuadradas, y dos pentagonales en proa que se sitúan en los puntos de más fácil acceso a la fortificación. La puerta principal, defendida por tres torreones, una liza y un foso, se encuentra hoy tapiada.
ALARCOS ALMOHADE
Tras la batalla, Alarcos y todo su entorno quedan en poder almohade durante diecisiete años.
Esta ocupación se verá restringida al castillo, donde los trabajos arqueológicos han sacado a la luz un barrio de traza islámica, en el que se reutilizaron materiales fabricados por los constructores cristianos. Se construye una calle enlosada desde la que se accede a distintas dependencias. Las casas se organizan en torno a un pequeño patio y cuando se reconquista, en 1212, con motivo de la expedición de las Navas, aún conservaban el ajuar utilizado por sus inquilinos.
Los esfuerzos por repoblar Alarcos fueron en vano. Años más tarde, Alfonso X fundó una nueva ciudad en estas tierras para que no se “yermasen”, y no pudiendo hacerlo en Alarcos, lo hizo en Villa Real, que con el tiempo pasará a llamarse Ciudad Real.
LA ERMITA. VILLA REAL
Como testigo quedó la actual ermita. De estilo gótico y planta de cruz latina, sobre su puerta se abre un magnífico rosetón de tracería.
Este santuario está dedicado a la Virgen de Alarcos, cuya romería se celebra el lunes de Pentecostés.
Situación y accesos
término municipal de Ciudad Real, a 8 Km. En la carretera que une Poblete con la N-430. Carretera de Piedrabuena, Km 8.
Fuente del texto: Libreto de Parques Arqueológicos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha