En el extrarradio de la ciudad de Almagro se encontraba la Iglesia de Santo Domingo, único resto del desaparecido convento del mismo nombre y que fue sede de la Universidad del Rosario, cuya licencia obtuvo en 1536 de Carlos I como da testimonio la heráldica de los Habsburgo que exhibe en el exterior.
Impartió docencia hasta 1824 y tras la expulsión de sus últimos ocupantes, la Orden de Calatrava, en 1835 se sometió a subasta pública.
Presenta una estructura de planta de cruz latina rematada por un ábside poligonal y era cubierta mediante un magnífico artesonado que tras el proceso de desamortización fue trasladado a Monterrey, en Méjico. A los pies se encuentra la torre, obra de ladrillo de tradición mudéjar.
Es un fiel reflejo de la rica vida cultural de Almagro en los siglos XVII y XVIII.
Hoy es una de las sedes del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro,conocida por sus siglas AUREA.