La arquitectura civil también está muy desarrollada en Almagro, tanto la privada como la pública.
Arquitectura civil pública
De esta última, además de los edificios del Ayuntamiento y el Corral de Comedias, destacan:
El Hospital de la Orden de Calatrava
Fundado en el s. XVIII bajo un esquema doméstico y con la sencillez que impone su funcionalidad; los restos del Hospital de San Juan (1632), del cual sólo se conserva una nave destinada hoy en día a Sede del Festival de Teatro y alberga el Espacio de Arte Contemporáneo
El Almacén de los Fúcares
Edificio construido por los Fugger en el siglo XVI como centro de su actividad económica y que presenta un patio de doble arcada de ladrillo, la inferior de arcos de medio y la superior de arcos carpaneles y balaustrada (actualmente es la sede de la Universidad Popular)
El Pósito y la Cárcel
Construcciones del siglo XVII y del XVIII respectivamente ubicadas en la calle Mayor de Carnicerías
El Teatro Principal
Construido por el arquitecto Cirilo Vara y Soria en 1866 según los cánones estéticos del clasicismo decimonónico
El palacio Medrano
Edificio del siglo XVI convertido en casino durante el XIX
Los restos del Arco de Valenzuela
una de las puertas de la ciudad, construido en 1791.
Arquitectura civil privada
Casa del Señorío de Molina
La arquitectura civil privada tampoco escapa del influjo de la Plaza y muestra de ello es la casa del Señorío de Molina, única edificación que rompe la unidad de ésta al hacer sobresalir la fachada de dos cuerpos, compuesta por un pórtico de grandes columnas toscanas sobre la que se sitúan dos balcones y que protege la portada de pilastras y entablamento almohadillado con frontón partido que aloja el escudo familiar.
Casa de D. Pero Rosales
Cerrando la plaza se encuentra la casa de D. Pedro Rosales, edificio del siglo XVIII que presenta una sugerente superposición de pilastras y dovelas que favorecen el efecto de claroscuro.
Palacios Maestrales
Antes de salir definitivamente de este entorno nos encontramos con los Palacios Maestrales, edificio que fue sede de la Orden de Calatrava desde el s. XIII y que ofrece una gran sobriedad sólo alterada por una pequeña torre de mampostería. En su interior conserva un patio con arcos de herradura de clara influencia mudéjar y las zapatas y alfarjes del piso superior, donde se encuentran los escudos del maestre Don Luis de Guzmán. El resto desapareció en el incendio que se produjo en el s. XVIII.
Actualmente alberga el museo Nacional del Teatro.
Casa del Marques de Hormazas y Palacio de los Oviedo
En las proximidades se encuentran la casa del Marques de Hormazas y el Palacio de la familia Oviedo, edificios ambos del siglo XVI. Éste último presenta una portada enmarcada por columnas decoradas con collarinos que sostienen figuras protectoras y entre las cuales discurre un dintel decorado con figuras alegóricas sobre el que se sitúa el escudo familiar.
Plaza de Santo Domingo
El otro foco que concentra gran parte de la arquitectura doméstica es la plaza de Sto. Domingo, escenario de un rico conjunto arquitectónico formado por varios edificios de distinta índole entre los que destacan, el palacio de los Marqueses de Torremejía, edificio del siglo XVI y reformado en el XVII donde observamos una transición desde las formas del quinientos al nuevo lenguaje barroco, no sólo por su decoración sino por como la portada rompe la horizontalidad de la fachada obligando a la cornisa, decorada en añil, a adoptar una forma triangular; el Palacio del Conde de Valdeparaíso, construido entre los siglos XVII y XVIII y cuya portada ofrece una de los mejores ejemplos barrocos de la ciudad, tanto por la forma que adoptan los baquetones que la adornan con orejeras, como por la heráldica que exhibe en el cuerpo superior. Presenta también una interesante capilla familiar en el interior y actualmente es un Centro Cultural de la Diputación Provincial; y los restos del convento de la Concepción Bernarda y la casa del Capellán o de Bernardo de Oviedo, ambos en la transición al siglo XVII, junto con la portada de la casa del Prior de la Orden de Calatrava, del siglo XVI y que repite el esquema de la casa de la familia Oviedo, introduciendo como novedad un frontón triangular que enmarca su escudo familiar y soporta una ventana con decoración de angelotes y veneras.
En las proximidades se levantan las casas de los que fueron continuadores de la labor de los Fugger a lo largo del siglo XVI. La casa de los Xedler, también comparte el esquema anterior pero sustituye el frontón triangular por uno semicircular con un gran escudo cuyo yelmo presenta una decoración de granadas. La otra casa denota el origen germánico de sus propietarios, los Wessel, a través del blasón inclinado de la fachada.
También resultan interesantes las casas situadas en la calle Elvira, judería de la ciudad, tanto por la antigüedad que presentan, en torno al siglo XV, como por la conjugación de elementos populares de tradición judeo-mudéjar con otros tardo góticos.