La Plaza Mayor, el corazón de Almagro
El corazón indudable de Almagro es la Plaza Mayor, testigo y protagonista de los cambios producidos durante su vida.
Sus piedras recibieron las pisadas de soldados y caballos cuando comenzó siendo lugar de parada militar; soportó tenderetes y tiendas que, a la postre, derivarían en los soportales pintados del rojo almagre, origen de su nombre; asistió a su transformación en escaparate público, donde las clases pudientes demostraran su apariencia, y los balcones, que en principio se abrieron a ella para asistir a espectáculos públicos, se cerraron, fruto de la especulación.
Y hoy en día, gracias al teatro y a la belleza, atesorada en ese devenir histórico, recupera su condición cosmopolita acogiendo a viajeros y visitantes de todos los rincones del mundo demandando un lugar de honor en el nuevo turismo que llaman de interior.