Si, ya se que no tiene el mismo calado que el famoso eslogan «Ya es primavera en el Corte Inglés»… pero tiempo al tiempo. El caso es que el otoño está llegando… como el invierno de Juego de tronos (¡Jo..r, todas las buenas frases están cogidas) y a mi particularmente es la estación que más me gusta, por no decir la única. Y no es porque cumpla años en esta época (que a mi edad comienza a ser más motivo de olvido que de satisfacción) es porque la melancolía que destilan lentamente las hojas secas al pasar… (vale me habéis pillado otra vez, esto es de Camino de Soria, de Gabinete Caligari. Que, por cierto, podría ser perfectamente la sintonía de este post) despiertan mi lado más creativo y soñador.
Pero al margen de mis desvaríos personales, el otoño es la mejor época del año para visitar nuestra comarca. El día sigue siendo largo y aprovechable, la temperatura resulta agradable para andar, la naturaleza, además de exhibir los colores más contrastados del año, acoge generosamente a todas aquellas aves migratorias que necesitan un descanso en su largo viaje de Europa a África, y si además las lluvias acompañan, el agua recobra el verdadero protagonismo que se merece. No el que años de sobreexplotación y mal uso le han otorgado en los últimos tiempos.
Si queréis experimentar de lleno el otoño no dejéis de visitar nuestra sección de rutas por la naturaleza , especialmente la Ruta del Agua, donde podréis disfrutar del extraordinario espectáculo de la observación de aves en la Laguna de Navaseca (Daimiel) y sufrir la congoja de la lamentable situación del P.N. de Las Tablas (porque es un acto de civismo y responsabilidad patrimonial asistir en sus momentos más críticos a un espacio moribundo y herido de muerte, para alzar la voz y exigir soluciones, profundas, estructurales y no electoralistas).
Desde La Encomienda queremos celebrar tan gloriosa estación con vosotros (además de con el consabido y, por lo visto, apreciado bizcocho de calabaza), con nuestro dulce de membrillo casero. Para quien no conozca este alimento solo deciros que no existe una transformación más sorprendente que convierta un fruto tan áspero, duro y desagradable (probad a dadle un mordisco a un membrillo al natural y descubriréis a que me refiero) en un manjar tan delicioso. No es de extrañar que el afamado pintor Antonio López (Tomelloso, 1936) le dedicara un cuadro (al membrillo no al dulce), cuyo proceso creativo dio lugar incluso a una película (El sol del membrillo, Víctor Erice, 1992). Probadlo combinado con queso y redondead una experiencia gourmet, otoñal y manchega.
Bon apetit!